Sus huellas van tatuando el suelo reseco. Dos metros y medio de largo sostienen sus 80 kilos que no les impiden saltar desde unos cinco metros de altura. Veloces en la noche, persiguen a sus presas alcanzando los 50 kilómetros por hora de destreza felina. Sigilosos, crepusculares, aguardan la noche o el amanecer para cazar valiéndose de su visión en la oscuridad.

…”El avance humano es permanente y va ocupando todas las tierras”…

Cae la noche y el llamado “león” comienza a deambular por los bosques nativos del noroeste cordobés, en los campos que se encuentran entre la ex estancia Pinas (hoy Parque Nacional Traslasierra) y la Reserva Natural Chancaní.

>> Imagen obtenida con cámara trampa en el Parque Nacional Traslasierra

…”Seguramente tiene que ver con la falta de hábitat, que no le dejamos ningún espacio y el animal va a tratar de sobrevivir de todas formas. Ellos son competitivos con otros pumas y se van desplazando en los territorios. Un puma va a intentar sobrevivir y eso significará, en algunos casos, cruzar espacios que trataría de evitarlos, pero no tiene otra opción”…

Solitario, con su redonda cabeza y pelaje amarillento atraviesa atento la oscuridad del monte con su andar distinguido porque a diferencia de los otros grandes felinos del planeta, los pumas no viven en manadas.

>> Hembra con dos crías en el Parque Nacional Traslasierra (Imagen: Cámara trampa)

…»El puma se acerca sigilosamente por detrás y se abalanza sobre su presa mordiéndole el cuello con su poderosa mandíbula. Luego, esconde su alimento para que le dure más tiempo, evitando también que otros animales se aprovechen de su faena»…

Los pumas están entre los cuatro felinos más grandes del planeta, junto a leones, tigres, y yaguaretés. De todos ellos, es el único que no puede rugir y por eso se pueden escuchar sus chillidos y ronroneos cuando se comunican entre ellos.

…”Los pumas habitan los bosques nativos que sobreviven en la provincia desde que todo el territorio cordobés era un gran monte nativo; antes que Córdoba fuera Córdoba ellos estaban primero”…

Son animales carnívoros y se alimentan principalmente de especies silvestres como corzuelas, pecaríes, vizcachas, conejo de los palos y armadillos. También pueden predar ganado doméstico: vacas, cabras, ovejas y caballos. Estos grandes felinos son fundamentales para el funcionamiento de los ecosistemas naturales: controlan la población de otras especies que se encuentran debajo suyo en la cadena alimentaria.

>> Camino interno en el Parque Nacional Traslasierra

…”El Parque Nacional Traslasierra (llamado «Pinas» por los locales), sumado a la Reserva Nacional y a la Reserva Provincial Chancaní han conformado unas 200.000 hectáreas de bosque continuo. No se sabe con exactitud el número de pumas que allí habitan, pero se puede estimar una población estable y superior al centenar de ejemplares”…

Aunque puedan ser un problema para los productores ganaderos, son imprescindibles para el ambiente y desde hace tiempo están amenazados por la actividad humana, que destruye sus hábitats y los caza por considerarlos dañinos.

…” En algunas áreas o regiones, por la pérdida de hábitat o porque se los caza de manera intensiva, se los ha extinguido localmente, como sucedió en el sur de Córdoba donde ya no existen”…

La creación del Parque Nacional Traslasierra ha permitido hacer visible una problemática de años: la lucha del puma por sobrevivir en su hábitat natural.

 

 

ESTÁ PROHIBIDO, PERO IGUAL LOS CAZAN

En la actualidad, algunos productores ganaderos señalan a los pumas como predadores de su ganado y sostienen que ocasionan cuantiosas pérdidas económicas.

Hace cinco años, la creación del Parque Nacional Traslasierra transformó en área natural protegida unas 107 mil hectáreas del ecosistema del Chaco Árido, contiguo a la Reserva Provincial.

Ganaderos de la zona argumentan que la ausencia de 7500 cabezas de ganado que estaban concentradas en la ex estancia Pinas hizo que los pumas que allí viven comenzaran a expandir su territorio de cacería hacia afuera de lo que hoy es el Parque Nacional Traslasierra.

A pesar de que la caza de pumas está prohibida, testimonios recogidos por Sala de Prensa Ambiental indican que la cacería ilegal se ha intensificado y un conflicto con los productores de ganado se ha desatado allí.

La matanza de pumas es histórica e históricos son los esfuerzos por evitarla. Por eso, un equipo de científicos e instituciones brindan información y herramientas para reducir el nivel de conflicto. La creación del Parque Nacional estimula buscar alternativas para una problemática que lo antecede  y ahora se transforma en oportunidad para concluir la ofensiva que algunos productores ganaderos llevan adelante contra el puma.

>> Un puma cazado en la zona

 

SALVAR AL PUMA

Investigadores del IDEA (Instituto de Diversidad y Ecología Animal) e IDACOR (Instituto de Antropología de Córdoba) del CONICET y la UNC trabajan desde hace varios años en la región donde se encuentran las reservas de Chancaní y Pinas. El trabajo en marcha se relaciona con una problemática de conservación, pero también de producción y conflicto social.

Desde su creación, el Parque Nacional Traslasierra genera preocupación en algunos productores -sobre todo en los propietarios de campos que crían ganado cerca del área protegida- ya que manifiestan que aumentó lo que denominan “el daño del puma”. A partir de esa situación, los investigadores iniciaron estudios de la fauna silvestre en su conjunto: no sólo referidos a la presencia del gran felino sino también a la de sus presas nativas. “Las vacas no son la presa preferida de los pumas, ellos se alimentan de la fauna autóctona que está dentro y fuera del Parque. El problema surge cuando faltan esas presas silvestres”, comienza diciendo el Dr. Fernando Barri, reconocido biólogo de la UNC que comanda el equipo que investiga lo que realmente ocurre en Pinas y sus alrededores.

“Hasta ahora vemos que la población de pumas se concentra mayoritariamente dentro del Parque. Hay más densidad de individuos que está asociada a una mayor presencia de sus presas silvestres: corzuelas y pecaríes, por ejemplo. Eso desmitifica la idea que el puma, preferentemente, va a atacar el ganado”. La respuesta del científico es clara: «Es cierto, hay más pumas porque hay más fauna silvestre dentro del área protegida».

>> Integrantes del equipo científico colocando cámaras trampa en Pinas

 

TRAS LAS HUELLAS DEL GRAN FELINO

El equipo que trabaja en Pinas y Chancaní también estudia cómo perciben el problema los productores ganaderos. Al respecto, el Dr. Barri indica que “hay que entender que estamos en la última región donde sobreviven grandes extensiones de bosque nativo, entonces hay una histórica convivencia entre el poblador rural y la vida silvestre”.

El científico señala que existen herramientas para el manejo de estos grandes depredadores y que han dado muy buen resultado en algunos contextos: desde subsidios para los productores campesinos damnificados, hasta técnicas para ahuyentarlos de las áreas donde se concentra el ganado.

“Para ver qué se aplica en cada caso hay que estudiar y generar consenso -indica el profesional- porque la conservación de las especies silvestres es vital en un planeta tan degradado. Los seres humanos ocupamos toda la tierra y cada vez requerimos más recursos”.

>> Puma cazado con arma de fuego

El antecedente inmediato de esta problemática ocurrió hace dos años en el Parque Nacional Lihué Calel, ubicado en La Pampa, donde el dueño de un campo contiguo al Parque capturó una puma que, según él, estaba atacando a su ganado. La atrapó en el límite con ese Parque Nacional y la Justicia lo condenó a resarcir al Estado, además de hacerse cargo de por vida de la alimentación y cuidados de la puma que sobrevive con una pata amputada en la reserva Pumakawa. “Esas son las situaciones a las que no queremos llegar: a que un animal muera o quede mutilado; o que un productor tenga que pagar las consecuencias por algo que interpreta como una defensa de sus intereses”, remarca Barri.

 

LUCES PARA PINAS

Tácticas para evitar la depredación hay muchas, desde luces nocturnas en corrales hasta el uso de perros protectores especialmente entrenados. También, métodos propios que desarrollan los productores, como el uso de cencerros y el encierre del ganado en época de pariciones.

Los pumas cumplen un rol clave en el ecosistema: actúan como ingenieros ecosistémicos, es decir que moldean el hábitat natural:sin su presencia, la abundancia de algunas especies crecería y traería desequilibrios, no sólo en la fauna silvestre sino en la dinámica de la vegetación porque muchas de sus presas se alimentan de vegetales lo que, a su vez, tendría consecuencias impredecibles en la dinámica del suelo. Por eso, son claves para la salud de los ecosistemas”, refiere el ecólogo de IDEA – CONICET.

>> Puma juvenil en el Parque Nacional Traslasierra ( Imagen: Cámara trampa)

LEONERAS Y ESCOPETAS

Jessica Manzano García, es magister en Manejo de Vida Silvestre y Doctora en Ciencias Biológicas. Trabaja con comunidades rurales de la región, específicamente con cazadores recolectores de subsistencia, para conocer cómo son sus interacciones con la fauna y la flora local.

Manzano García también es parte del proyecto que busca reducir la depredación del puma sobre el ganado en el Chaco Árido cordobés: “En el caso de Chancaní había mucha producción caprina pero debido a la cantidad de pérdidas que generaba la predación de los pumas los productores se cambiaron al ganado vacuno”, cuenta la experta.

A partir de su investigación, el equipo científico detectó un incremento de la cacería de pumas: algunos de los productores afectados empezaron a cazarlos utilizando “leoneras” y muchos perros.

Las “leoneras” son trampas como las que se utilizan para atrapar osos: una «boca abierta de metal» con afilados dientes de hierro que se oculta con tierra o yuyos. La trampa se cierra con furia cuando el animal pisa y alguna de sus patas queda aprisionada, luego es asediado con perros y le dan el final con un disparo.

También, utilizan la “trampa escopeta”: atan el arma con un alambre para que cuando el animal pase, se dispare. Generalmente los encuentran agonizando a poca distancia porque son disparos certeros. “Y cuando no lo hace el mismo dueño del campo busca a otra persona: el año pasado solían pagarle $ 10.000 al cazador que se llevaba al animal muerto, pero si se lo entregaba al productor el pago superaba los $15.000, comenta la experta en manejo de fauna.

Fernando Barri expresa que “el productor campesino suele ser más tolerante con el puma. Es interesante porque tienen una mirada integral de su entorno, visión que no tiene el gran empresario ganadero que no vive en el campo”.

Al respecto, Jessica Manzano García comenta que “esto se relaciona con el nivel de tolerancia, ya que los campesinos siempre comprendieron que coexisten con el puma y que, además, no es el único animal-conflicto en la región: también tenemos al zorro, al zorrino, a la boa y a la zarigüeya… sucede que los pumas –por su gran porte- son los que más afectan a gran escala”.

 

PERRO QUE LADRA, NO MATA

María Ahumada es una médica veterinaria conocida por su trabajo en el Tatú Carreta, pero además trabaja para el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y la Universidad Católica de Córdoba. Con más de 20 años de experiencia ha intentado rehabilitar a unos 20 pumas, a quienes define como “los felinos más grandes que tenemos en nuestro territorio”.

Ahumada, actualmente integra el proyecto de “Manejo y control no letal de predadores” y, en diálogo con Sala de Prensa Ambiental, indica que “en Córdoba estamos trabajando con el uso de perros protectores de la hacienda”. El trabajo está enfocado en evitar las muertes de pumas pero también de ganado.

Perros protectores, en esa línea de trabajo está el INTA con pastores de raza maremanno: un criadero de la Universidad Católica de Córdoba ya cuenta con un macho y dos hembras, aunque los técnicos aclaran que por ahora el proyecto canino es una herramienta que hay que examinar: “Somos cautos, vamos a ir viendo si nos sirven, probándolos en nuestros ambientes y en lo que queremos hacer”.

Cuenta Ahumada que el uso de estos perros empezó en 2013 en el campo experimental del INTA Pilcanyeu, cerca de Bariloche. El macho que está en el criadero de la Universidad Católica proviene de allí: “En Córdoba tenemos la idea de entregárselos a los productores para empezar a trabajar con ellos. Pero también evaluar la experiencia, porque la Patagonia tiene una realidad productiva que no es la misma que la nuestra y tenemos que ver cómo se adapta al monte cordobés esta raza de cuidadores”.

Los perros maremanno forman parte de una “raza de cuida” y la veterinaria Ahumada explica que “tienen un temperamento territorial muy marcado. Además, se los socializa desde temprana edad con los terneros, cabritos o corderos que necesitamos que cuiden. Estos animales se identifican y forman parte de la majada y cuando advierten que se aproxima un posible predador se interponen entre el ganado y el atacante. Es decir, no sale a matar al puma sino que evita que se acerque”, sostiene la especialista.

Respecto de las actitudes de los productores ganaderos, María Ahumada señala que “hay de todo,  conozco un productor en Pampa de Olaen que tiene una visión muy respetuosa con el ambiente y a él no le interesa salir a cazar al puma. En su campo no deja que entren cazadores de vizcachas porque sabe que así preserva las presas silvestres de los pumas, evitando que cacen ganado. Tenemos ese tipo de ganaderos pero también de los otros, que a primera arman un grupo y salen a cazarlos, aunque esté prohibido”.

Los pumas están protegidos por la Ley Nacional 22421 de Conservación de la Fauna Silvestre a la que Córdoba adhiere; por lo que la caza, tenencia o comercialización del puma o de cualquiera de sus sub productos (pieles, garras, colmillo, cabeza, etcétera) es un delito.

>> Ingreso al Parque Nacional Traslasierra (Pinas, como lo llaman los locales)

Julio Monguillot es el intendente del Parque Nacional Traslasierra y desde hace 35 años conoce la zona por sus tareas como funcionario en el área de fauna silvestre y áreas protegidas.

Monguillot señala a Sala de Prensa Ambiental que “la problemática del puma con la producción ganadera es un hecho real y comprobado. Pero, claramente, no surgió con la creación de esta área natural protegida: es un conflicto de características históricas que se hizo visible a partir del funcionamiento del Parque Nacional” y agrega que “el impacto del Parque es positivo porque estos felinos disponen de un amplio espectro de presas naturales y todo hace presumir que, bajo esa condición, la principal alimentación -por lo menos de los que viven dentro de este territorio- va a estar dada por la fauna silvestre”.

Los pobladores locales, a partir de la creación del Parque Nacional Traslasierra, conjeturan que la administración sacó miles de cabezas de ganado de Pinas y que por eso los pumas rondan sus campos. Sin embargo, Julio Monguillot explica que “en realidad, la situación fue distinta porque la sucesión de Manubens Calvet, propietaria de la Estancia Pinas, decidió vender toda su hacienda: 7.500 cabezas. No fue Parques Nacionales quien forzó esa situación y, de golpe, el área quedó totalmente despoblada de vacas” y añade que “sin dudas este hecho produjo un impacto fuerte en los campos colindantes, por lo menos durante el primer año”.

 

ORLANDO: NACIDO Y CRIADO EN CHANCANÍ, COMO LOS PUMAS

Orlando Villarreal, con 63 años, es un poblador de Chancaní; un pequeño productor ganadero que tiene su campo sobre el camino que va al Parque Nacional Traslasierra. En diálogo con Sala de Prensa Ambiental, relata que “hace como 6 años (un puma) me cazó 12 terneros. Digamos, las normalidades que yo tenía eran entre cinco y siete, pero el anteaño pasado -uno muy grande según un rastro, porque yo no lo vi nunca- me agarró 25 terneros y cuatro vaquillonas: fue exagerado”.

Villarreal relata: “Así que bueno, entonces tuvimos una reunión con don Fernando Barri y otras gentes más que nos trajo. Él, como es de la universidad ha puesto en mi campo unas luces que funcionan con fotocélulas; empiezan a prenderse cuando el puma pasa para que imagine que anda gente». Respecto de la experiencia Orlando cuenta que “he podido ver un resultado bueno en esta temporada. Desde octubre a enero no he tenido ninguna pérdida ahí donde están las luces, así que yo creo que es una de las cosas que daría resultados.

>> El Dr. Fernando Barri explicando el uso de las luces FoxLight a un productor y a un guardaparque

Desde que el equipo de IDEA-CONICET colocó el sistema de luces Foxtlight en el lugar, las vacas de Orlando no fueron atacadas. Según su testimonio, en otros sitios del campo, hasta enero de este año perdió “dos vacas nada más, muy poquito comparado con lo que venía siendo. Lo que sí, ha seguido atacando cabras”.

¿Alguna vez ha matado un puma?

 ¡No! yo no. Hay gente que sí se dedica a ponerles trampas o tiene perros, yo ni siquiera perro tengo, así que ni lo puedo espantar.

Digo, cuando (el puma) hacía mucho daño había gente que se ocupaba de matarlo, alguna vez lo han matado. Pero no en mi caso, y eso que yo he sufrido los daños, eh?

¿Y usted ha visto alguna vez a un puma?

Sí, siempre he visto, porque yo hace varios años sabía trabajar en la Estancia Pinas. Se cruzaban los pumas más que nada cuando se hacía la nochecita.

¿Qué es para para usted un puma, Orlando?

Lo que pasa es que si usted lo ve es un bicho tan bonito que no da ganas de matarlo; lo único que cuando uno tiene este problema -como he tenido yo el anteaño pasado que me causó mucho daño- da mucha bronca.

A lo mejor si yo fuera una persona que anda armada y lo encontraba capaz que sí, lo mataba pero era ahí en el momento, con bronca como quien dice. Pero así por matarlo nada más, no. Ni a un puma ni a ningún otro bicho. Es más, yo a mi campo lo tenía abierto pero le tuve que poner llave porque se metían cazadores de liebres: la Mara que le llaman y esa es la comida preferida de los pumas: las mara, las vizcachas, los pecaríes.

Así que no, ni siquiera a ningún bicho cazo porque de acuerdo a lo que se dice se regulan entre ellos. 

Cuando hace daño creo que a cualquiera le daría bronca, más vale. Pero además yo entiendo que por algo está aquí. También, a lo mejor está invadiendo. Capaz lo noto perdiendo zonas donde se puedan reproducir y me hace pensar que uno también lo invade.

Claro que no todos los productores pensamos lo mismo. Capaz le hace la consulta a otro que tiene otro campo y te dice: ¡Lo mato si lo encuentro! Yo pienso que uno no tiene por qué matarlo, ni al puma ni a nadie.

 

 

 

 

 

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