En la tarde del miércoles 3 de agosto concluía una reunión con saludos de las autoridades mapuches valorando la valentía del directorio de la Administración de Parques Nacionales (APN). Finalmente se había votado la resolución que declaraba al volcán Lanín como Sitio Natural Sagrado.

En la mañana del siguiente día, las redes sociales despertaron inundadas por lo que ya era noticia: Omar Gutiérrez, gobernador de Neuquén, mostraba su fastidio y le pedía a Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación -de quien depende APN- que eliminara esa medida.

> El 3 de agosto la Administración de Parques Nacionales declaraba Sitio Natural Sagrado al volcán Lanín

Así fue que, en unas horas, el ministro de Ambiente ordenó anular la resolución desencadenando una crisis dentro de la Administración de Parques Nacionales: Lautaro Erratchú –hasta entonces presidente de APN- presentó su renuncia. Días después, Cabandié resolvió apartar de su cargo al directorio completo de parques nacionales.

¿El motivo? La declaración conjunta del área federal que administra los parques nacionales y los pueblos mapuches que habitan ese territorio: el Volcán Lanín como Sitio Natural Sagrado.

En aquellos días, fuentes de parques nacionales declaraban a Sala de Prensa Ambiental: «APN quedó acéfalo, sin directorio y no sabemos bien que está pasando».

De esa manera, se resquebrajaron dos décadas de un complejo trabajo en conjunto de trabajadores de parques nacionales y los pueblos mapuches. La política del co-manejo intercultural del Parque Nacional Lanín llegaba a uno de sus objetivos. La decisión de Cabandié sepultaba todo ese proceso.

Una historia que merece ser contada.

EL VOLCÁN DESANGRADO

En el año 2007, el pueblo mapuche guiado por sus autoridades filosóficas y su cosmovisión, decidió retomar con fuerza su vínculo con el volcán Lanín. Llegaban señales de la crisis climática al territorio y los deshielos en las cumbres afectaban la provisión de agua provocando sequías junto a otros signos de desequilibrios ecológicos. Desde entonces, todos los años en algunos días de enero, los mapuches comenzaron a desarrollar sus ceremonias al pie del Lanín. Rogativas para pedirle a esa fuerza (el volcán) que no despierte.

«Una de las formas de mantener en equilibrio a esta fuerza es la relación con nuestro pueblo a través de las ceremonias sagradas que se desarrollan al pie del volcán” explica a Sala de Prensa Ambiental Gimena Colipan, integrante de las comunidades mapuches y coordinadora de la Mesa de Co-Manejo del Parque Nacional. “Ese es el aporte de resguardo que venimos haciendo en el lugar para que ese elemento se mantenga en armonía y no despierte, porque si eso sucede no solamente los mapuches van a ser afectados, sino toda la sociedad» agrega Colipan.

En el año 2007, el pueblo mapuche guiado por sus autoridades filosóficas y su cosmovisión, decidió retomar con fuerza su vínculo con el volcán Lanín. Llegaban señales de la crisis climática al territorio y los deshielos en las cumbres afectaban la provisión de agua provocando sequías junto a otros signos de desequilibrios ecológicos.

Julia Delgado es guardaparque nacional y desde hace 17 años trabaja con las comunidades que forman parte del co-manejo del Parque Nacional Lanín. La encargada del Área de Pobladores del parque, en diálogo con Sala de Prensa Ambiental, manifiesta que «el volcán Lanín-Pijan Mawiza es sagrado para el pueblo mapuche como hay lugares sagrados para otros pueblos originarios a lo largo y a lo ancho del planeta».

> Desde hace 16 años las comunidades mapuches del Lanín vienen desarrollando sus ceremonias al pie del volcán

Gimena Colipan, quien además es guardaparque intercultural del Lanín da cuenta que «hablamos de sitio natural sagrado porque este territorio no solo está compuesto por la estructura del volcán, sino también por los diferentes ríos, ojos de agua, mallines y otros espacios geográficos que hacen al conjunto de esa fuerza. ¿Por qué es sagrado? Porque interpretamos que es un newen y así como nosotros buscamos tener nuestras vidas equilibradas esa fuerza que nos contiene si no está bien nos afecta» indica la pobladora originaria y agrega que «las ceremonias comenzaron hace 16 años porque había mucha sequía y se estaban desprendiendo los glaciares desde la cumbre del Lanín afectando la vida de las comunidades que rodean al volcán. Por eso, nuestras autoridades filosóficas interpretaron que la no relación con ese elemento lo había debilitado y que necesitábamos reencontrarnos con esa fuerza para mantener en equilibrio ese espacio».

LOS DISCURSOS DE ODIO RACISTA

Desde aquel 3 de agosto turbulento que despertó un vendaval de presiones sostenidas por un bombardeo de desinformaciones con altas dosis de racismo y fogoneo continuo, el gobernador neuquino en perfecta sincronía con los medios nacionales torcieron en cuestión de horas una historia que terminó con el descabezamiento completo del directorio de parques nacionales.

Colipan indica que «como miembros de la Confederación Mapuche Neuquina estamos asombrados y preocupados por el trasfondo de lo que sucedió. No entendemos bien este trajín político y creemos que han utilizado a nuestro pueblo como fusible del tironeo de jurisdicciones provinciales y nacionales».

Sala de Prensa Ambiental pudo reunir a personal del Parque Nacional Lanín, entre ellos a algunos directivos que, por sus altos cargos, pidieron resguardar su identidad ya que, según revelaron, recibieron directivas que les impiden hacer exposiciones públicas desde que se inició el conflicto. «Desde Capital Federal, hace un mes nos prohibieron institucionalmente hacer declaraciones. En este caso, lo importante será la información y no quienes la brindan», indicaron.

> El 6 de agosto se formalizaba la derogación del volcán Lanín como Sitio Natural Sagrado

En ese sentido, expresaron que «el pueblo mapuche nunca propuso cambiar la posesión del volcán ni del Parque Nacional Lanín. Tampoco echar a la gente ni lanzar a los trabajadores de parques. Lo que proponían era compartir su cosmovisión para la gestión de ese sitio que tiene actividad comercial de montaña y que todos disfrutamos. Muchos pueblos originarios del mundo, en su vínculo con la naturaleza tienen sitios sagrados, así como el Vaticano es un lugar importante para el culto cristiano» señalaron desde San Martín de los Andes, tras lo cual añadieron: «Las comunidades mapuches quieren aportar su cosmovisión para proteger la naturaleza a largo plazo. Eso es lo que proponen, es eso lo que estaba escrito y nada más que eso; no se relacionaba con tierras, ni dominios del territorio». Los funcionarios agregaron que «estas comunidades, desde su cosmovisión, entienden que necesitan recuperar cada vez más su vínculo con esa fuerza (el volcán Lanín) por los problemas de conservación que existen por el cambio climático».

> Pobladores mapuches reunidos en la intendencia del Parque Nacional Lanín, con el apoyo de los trabajadores del parque

Mientras tanto, en esa semana de furia, los medios de comunicación nacionales alertaban sobre una “nueva embestida de los mapuches” que demandaba la entrega de tierras, volcán incluido, haciendo retroceder al Estado argentino. «No se trata para nada de una entrega de territorio. Malas interpretaciones y algunos medios que no ayudan a aclarar esta situación» expresa Colipan. «Es terrible porque trabajaron todos estos días para someter a una exposición mediática al pueblo mapuche fomentando el racismo contra nosotros. La declaración de sitio natural sagrado solo reflejaba los 22 años de la política de co-manejo. La resolución que se conoció el 3 de agosto y que horas después fue derogada, expone lo que nosotros declaramos hace 16 años, porque desde entonces venimos diciendo –guiados por nuestra cosmovisión- que ese espacio es sagrado y que hay que resguardarlo para que esté en equilibrio y en armonía».

> La declaración del volcán Lanín como Sitio Sagrado Natural no limitaba las actividades en el lugar

Gimena Colipan agrega que «de hecho, desde hace un año y medio participamos junto con el SEGEMAR (Servicio Geológico Minero Argentino) en un monitoreo sobre la sismicidad del Lanín; hablamos de cómo establecer medidas frente al riesgo de un evento volcánico porque en estos años hubo reportes de sismos desde la base del volcán. Nosotros declaramos al Lanín sitio natural sagrado hace muchos años, y de ninguna manera esto implica una prohibición para su uso, sino que invitamos a trabajar en un nuevo marco en función del conocimiento ancestral mapuche, porque es muy importante ya que es el regulador de la vida de las comunidades que allí viven».

EL RITO SAGRADO

En 1934, el Estado argentino creó la Administración de Parques Nacionales (APN). Tres años más tarde, nació el Parque Nacional Lanín que en la actualidad resguarda 412.000 hectáreas de bosque andino-patagónico.

El imponente volcán Lanín, con sus 3.776 metros sobre el nivel del mar, domina el paisaje que incluye unos 24 lagos rodeados de Bosque Patagónico y varias especies endémicas de la región: araucarias, roble pellín y raulí. Las laderas de las montañas están cubiertas por lengas y coihues mientras que en las zonas bajas y húmedas crece una vegetación variada y exuberante conocida como Selva Valdiviana.

En esta tierra de pumas, cóndores y zorros, desde hace 22 años, el Parque Nacional Lanín tiene un sistema de Co-Manejo Intercultural. Esto significa que la Administración de Parques Nacionales junto a organizaciones mapuches gestiona áreas naturales protegidas de manera conjunta.

Desde el lugar, Gimena Colipan dialoga con Sala de Prensa Ambiental y señala que «como pueblo mapuche no subimos a esa montaña conformada por el volcán porque para nosotros es sagrada: respetamos ese espacio y no es un lugar adonde subamos por una cuestión deportiva o de recreación como lo hace la otra sociedad. Pero la declaración de Sitio Natural Sagrado no limitaba ese uso; por el contrario, invitábamos a construir una nueva planificación desde el conocimiento ancestral y de lo que nosotros, como pueblo originario, podemos aportar para que ese elemento esté en equilibrio: que se mantenga la nieve en las cumbres, que pueda haber agua porque eso no solo repercute en la vida de las comunidades que están alrededor, sino en la sociedad en general».

Familias mapuches en su ceremonial anual al pie del Lanín

Dentro del Parque Nacional Lanín viven 7 comunidades mapuches; dos de ellas representan las más grandes de la provincia de Neuquén. Otras 6 habitan zonas aledañas al Parque, producto esto de los desalojos ocurridos a partir de la creación del área natural protegida en el siglo pasado.

En total son 13 las comunidades que están embarcadas en la política del co-manejo. Dentro del Parque, en la zona norte habita la comunidad Aigo que alberga a unas 600 familias en Aluminé; cerca de San Martín de los Andes la comunidad Curruinca integrada por unas 800 familias y en la zona centro, la comunidad Lafkenche con unas 200 familias aproximadamente. Algo más de 1800 familias mapuches conviven en el territorio con pobladores criollos, turistas, operadores turísticos y trabajadores de parques nacionales.

Allí desarrollan su economía de subsistencia basada en la actividad turística: administran campings, proveedurías y cabañas en algunos casos. También, practican la ganadería de transhumancia, arrean el ganado hacia los lugares más altos en verano y en invierno se trasladan a tierras bajas para la pastura de los animales. Trabajan en huertas y fortaleciendo la producción de artesanías. En la zona norte del parque recolectan frutos silvestres en los bosques de pehuén (la araucaria, que es un árbol sagrado para el pueblo mapuche) con los que elaboran alfajores de piñón. En la zona sur, existe un aprovechamiento forestal en baja escala para comercializar madera; todo esto bajo un proceso de evaluación previa y marcación de los árboles como política de conservación.

DEROGACIÓN Y DESPUÉS

«Con la derogación de la declaración del volcán Lanín como Sitio Natural Sagrado nos quedó un sabor muy amargo, mucha tristeza porque sentimos que esta decisión unilateral fue un retroceso. También mucha preocupación por la postura del ministro Cabandié. De aquí en más, la verdad es que en el territorio hay mucha incertidumbre e inquietud por las políticas para con los pueblos originarios. Desde el 3 de agosto ningún funcionario se ha comunicado para conformar una nueva mesa de diálogo, a pesar de lo que anunciaron, eso aún no sucedió», afirma Colipan.

> Desde hace 16 años, mapuches y trabajadores de Parques Nacionales trabajan en conjunto bajo la política del co-manejo intercultural

No obstante, la guardaparque originaria indica que «reafirmamos la política del co-manejo con el Estado a través de Parques Nacionales y apoyamos a todos los funcionarios y trabajadores de APN que se animaron a avanzar y dar un paso más en esta relación intercultural con los pueblos originarios. Alentamos a seguir construyendo la interculturalidad porque el aporte que hacemos las comunidades mapuches no hace más que enriquecer la protección de la naturaleza, de la vida y del lugar donde convivimos».

Julia Delgado explica que «el Lanín es una de los sitios con más actividad de montañistas en la Argentina. En esas jornadas de ceremonias se detiene la actividad a pedido de las autoridades mapuches, al principio con algunos conflictos por el cese de movimiento turístico pero al día de hoy ya es costumbre que hay otra manera de ver el mundo porque las comunidades originarias tienen un vínculo distinto con el volcán».

El artículo 75, inciso 17 de la Constitución Nacional, indica que el estado argentino reconoce la pre-existencia étnica de los otros -llamados actualmente pueblos originarios- que existían en el territorio hoy llamado Argentina antes de la constitución del Estado argentino. «Este es un parque nacional intercultural» indican a Sala de Prensa Ambiental funcionarios y trabajadores del Lanín y explican que «tiene la propuesta de conservación de la naturaleza de la ciencia y de la investigación científica, pero también contiene a un pueblo que vive en el parque desde siempre, no es que se metieron ahora, y lo que nos están diciendo es que el modelo occidental se está llevando puesto al planeta, sugiriendo que es momento de mirar de otra manera a la naturaleza, y más aún en los parques nacionales. El pueblo mapuche está ofreciendo esa discusión, muy lejos de lo que se estuvo diciendo en la tapa de los diarios y canales de televisión nacionales», sentencian.  

«El co-manejo no es una relación armoniosa porque es un problema territorial de larga historia, pero creemos que hay dos maneras de enfrentarlo: aceptándolo con respeto y construyendo nuevos paradigmas o a las piñas con represión y racismo: los laburantes de este parque y la institución optamos por lo segundo: aceptar el conflicto y atravesarlo con diálogo. No es violento, tampoco es armonioso y hace más de 20 años que lo venimos llevando adelante», remarcan. «Cualquier ciudadano que viene al Parque Nacional Lanín convive con el pueblo mapuche. Convive repito; o sea puede armar su carpa, pasear por su territorio y vincularse. Lo que se ha escrito en los medios nacionales y en las redes, por lo menos a nosotros, nos da vergüenza», señalan desde San Martín de los Andes.

Desde las comunidades mapuches del Parque Nacional Lanín, hoy señalan a Sala de Prensa Ambiental que todavía no se ha podido generar una nueva mesa de diálogo: «estamos esperando la llegada del nuevo presidente de APN al territorio», indican.

Hasta tanto suceda, un enorme retroceso político-cultural sopla vergüenzas desde las heladas cumbres del volcán Lanín.

 

 

 

 

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