¿Qué es el Ordenamiento Territorial Participativo?

El crecimiento desmedido de grandes urbes argentinas debido al desarrollo demográfico y económico de algunos sectores pone al desnudo un problema de consecuencias humanas y sociales que el Estado debe comenzar a atender.

Para que el ordenamiento de un territorio sea eficiente, debe ser participativo, en donde los pobladores se pongan de acuerdo para definir el destino que le van a dar a sus recursos y bienes naturales, buscando el bienestar de todos. Tiene que ver con el espíritu democrático y con el uso apropiado del territorio.

De nada sirve, aseguran los especialistas, hacer un relevamiento del territorio si luego son los funcionarios de turno o las corporaciones inmobiliarias las que deciden como usar el espacio ciudadano.

METRÓPOLIS AUTORITARIAS

Ciudades como Córdoba, se han transformado en verdaderas megalópolis colapsadas. La bióloga Liliana Argüello, docente de la cátedra de Problemática Ambiental de la Universidad Nacional de Córdoba afirma que: “Hay connivencia del Estado con algunos emprendedores ya que tienen el capital para cambiar voluntades y si así lo deciden, modifican la identidad de todo un área, de un espacio. ¿Por qué tiene que ser esto así? – se pregunta la especialista de la UNC- Ni siquiera se somete a discusión el destino de un territorio, porque cuando te das vuelta ya pasó la topadora con la hormigonera por detrás, sentencia la bióloga Argüello. “Lo vemos con el maquillaje que se le hace a la ciudad, de vez en cuando y, lo peor de todo, es que nos estamos acostumbrando a una forma muy autoritaria de construcción”,  dice la docente de la cátedra de Problemática Ambiental.

Gabriel Saal, ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Córdoba, opina que “cuando hablamos de Ordenamiento Territorial, planteamos que -los actores que participamos de un determinado territorio y de la vida de ese lugar- debemos hacer un diagnóstico de nuestro espacio, pensar una visión a futuro teniendo en cuenta quiénes somos, cómo es nuestra región, asumiendo aspectos sociales, culturales, ambientales y nuestras expectativas como comunidad que habita ese espacio.

El proceso de Ordenamiento Territorial parte de un diagnóstico del territorio, definiendo cómo queremos que sea nuestra casa”, explica el agrónomo Saal.

“Cuando planteamos el Ordenamiento Territorial -dice Carlos Bazán, técnico en Administración de Aéreas Protegidas – debemos considerar varias capas a tener en cuenta: la geografía, la cuestión ambiental, la conformación de los bosques, la producción y qué queremos producir. También hay que valorar cuántos somos, cuántos vamos a ser, adónde vamos a vivir, qué vamos a comer, cómo garantizamos que todos coman, la seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria, es decir, producir para dar de comer y vivir en un entorno amigable”, explica el especialista.

EL ORDEN NATIVO

Carlos Bazán explica que “la colonización eliminó los procesos ordenados de las comunidades de Pueblos Originarios, acotados a 20 o 30 casas por cada pueblo. Cada comunidad tenía suficiente distanciamiento y no crecían mucho más que eso. Cuando comenzó el proceso de la conquista de América, borraron el ordenamiento existente y comenzaron a poblar con más de 30 mil habitantes la provincia de Córdoba, según los primeros relevamientos de 1573. Junto a ese crecimiento demográfico –dice Bazán- comenzaron a darse las mercedes reales, otorgaron tierras y crearon los asentamientos jesuitas. Por ello, el proceso de ocupación del territorio es distinto al de otros lugares, ya que establecieron estancias jesuíticas, dando origen a las grandes ciudades mientras continuaban  subdividiendo el territorio.”

El técnico en Áreas Protegidas dice a Sala de Prensa Ambiental que “pasados más de 400 años desde entonces, trabajamos con pobladores de la zona noroeste de la provincia y todos tienen el mismo problema: no pueden tener títulos de sus propiedades en condiciones porque es muy costoso, los abogados llegan, prometen y se quedan con parte del terreno. Esa cuestión estructural viene dada desde las mercedes reales y sus subdivisiones. El Ing. Bazán opina que “si esto se combina con la aparición del capital financiero de las corporaciones abocadas a la producción agropecuaria vemos que empieza el desordenamiento ambiental de los últimos 20 años que implica la desaparición del bosque productivo, de los sistemas productivos y culturales que llevan aún más depresión sobre los recursos, por la deforestación.” Carlos Bazán agrega que “por estos días sufrimos tormentas de tierra que tiempo atrás no conocíamos y cosas como estas tienen que ver con lo anterior, porque todo está relacionado en un mismo sistema natural.”

CAOS EN LA CIUDAD

En sus inicios, las ciudades se definieron con un diseño germinal pero las administraciones  posteriores no respetaron esa definición, de esa manera comenzaron a presentarse numerosos focos de conflicto. “No se puede urbanizar en cualquier lugar. Los espacios deben estar claramente definidos, expresa la bióloga Argüello. En el caso de los basurales, por ejemplo, el Estado debe comprar tierras para ese uso definido, un lugar seguro que no debe tener urbanizaciones cercanas ni por broma”, sostiene Argüello. “Lo mismo debería suceder con los agroquímicos que impactan sobre las ciudades, sobre asentamientos marginales y barrios populares”, agrega la especialista de la UNC.

El avance de la frontera urbana sobre los bosques y el florecimiento de los countryes sobre las zonas altas de las sierras es otro ejemplo de la falta de ordenamiento territorial participativo: “Si la idea es colonizar esas zonas con countryes, el agua que utilizan para riego es la misma que consumen aguas abajo, entonces ¿Cómo hacemos para controlar que esta gente no esté consumiendo más de lo que debe, tratándose de un recurso escaso? y por otro lado, ¿Quién reparará el perjuicio ocasionado a los derechos adquiridos de las personas que viven aguas abajo?”, se pregunta la especialista.

Para Argüello, una fiel muestra de la improvisación en este tema es la ciudad de Carlos Paz:“Construyeron un dique para abastecer de agua a una ciudad como Córdoba y luego dejaron crecer una población al lado del embalse: ahora escuchamos a sus habitantes protestar porque tienen que proveer de agua a la capital cordobesa”, dispara la bióloga Argüello y agrega que:“Si dejamos que las ciudades crezcan sin que existan patrones para el uso de suelo, que la densidad poblacional sea muy alta, no solo vamos a tener un consumo elevado de agua si no que, además, las cloacas van a colapsar y los desechos de esa ciudad, por pendiente, seguirán yendo al lago, entonces, seguirán contaminando y – concluye la bióloga- es claro el conflicto cuando no se ha pensado el ordenamiento para el territorio.”

Liliana Argüello, señala que “existe una lógica obtusa que hace que -en vez de conservar los pocos bosques que tenemos- demos vía libre a los desmontes para realizar luego costosos planes de reforestación; que en lugar de proteger nuestras cuencas, permitamos la contaminación de los ríos y la alteración de los cursos de agua para luego plantearnos traer agua desde el río Paraná, que por supuesto, un proyecto de esa envergadura, va a encarecer el valor del vital líquido unas 60 veces más que su costo actual.”

EL TERRENO DE LO ABSURDO

“Hubo y hay políticas absurdas y, en este tema, los ejemplos abundan”, sostiene Carlos Bazán que continúa diciendo “El trasvasamiento de cuenca del canal Los Molinos-Córdoba para seguir el desarrollo urbanístico hacia el sur de la ciudad mediterránea, la decisión – tiempo atrás- de abrir una mina de uranio en el Cerro Los Gigantes, donde se privatizaron las ganancias y se estatizaron las pérdidas por las remediaciones ambientales, son solo dos ejemplos de esto.

En la actualidad, la decisión de ponerle la cota al dique San Roque para que no tenga más capacidad y de esa manera favorecer a algunos emprendimientos privados que están en la orilla del lago es paradigmático, también” sostiene el especialista y agrega “no regularizar los desmontes con una ley sensata y, en la ciudad de Córdoba, no resolver el traslado hacia otro lugar de la Planta de Procesamiento de Uranio, Dioxitek, constituyen verdaderas bombas de tiempo y es que, en definitiva,  no hay en absoluto, una Política de Estado que se encamine hacia el Ordenamiento Territorial Participativo… como técnicos hemos elaborado planes estratégicos, los proponemos pero quedan como papel muerto, archivados en el escritorio de algún funcionario”, concluye Carlos Bazán.

EL PARADIGMA DEL TERCER CUERPO

La provincia de Córdoba tiene un ejemplo tan paradigmático como reciente en términos  de Ordenamiento Territorial Participativo: el inmenso predio que ocupa el Tercer Cuerpo de Ejército:“¿Cuál es el diagnóstico de ese Campo en aspectos ambientales y culturales, qué función cumple ese espacio natural con relación a todas las ciudades que están rodeándolo y cuál es su futuro? -se interroga Saal- Un probable escenario era que vendieran el predio -como se está haciendo con la tierra pública- para ser destinado a la especulación inmobiliaria.

Todavía ese riesgo está… ¿y si pasa eso? asfaltarán todo, sacarán los árboles y en vez de tener un pulmón, un lugar de captación de agua o de oxigenación del aire de la ciudad de Córdoba y del Gran Córdoba, tendremos otra ciudad en ese espacio.

Todos perderíamos los servicios ambientales que genera ese espacio”, opina el agrónomo de la UNC.

El Ordenamiento consiste en plantear qué queremos para ese territorio: por un lado, preservarlo como Espacio Natural Protegido para nosotros y para el futuro de la gente. Esa zona será el Área Metropolitana de Córdoba y si se logra que ese Parque Nacional o Reserva se mantenga a perpetuidad en ese espacio, es posible que el destino de la población de Córdoba actual y futura, sea mejor.

Será uno de los lugares con la relación espacio verde por habitante más alta del planeta, por eso hablo de la magnitud del proyecto.

A futuro, afectar ese inmenso territorio a la especulación inmobiliaria y a la corrupción, es hipotecar el futuro de 1.700.000 habitantes de Córdoba y el Gran Córdoba. Si hacemos una proyección a 50 años, tal vez seamos 5.000.000 de personas y la posibilidad de calidad de vida con ese espacio preservado o sin él, son absolutamente distintas.”

ORDENAMIENTO TERRITORIAL PARTICIPATIVO

Para la bióloga Argüello, el Ordenamiento Territorial “es una puja de intereses que genera conflictos, pero este sistema anárquico, hasta ahora, viene demostrando que favorece a los más ricos y hasta que nos demos cuenta que el más pobre es el perjudicado, pasará mucho tiempo. El proceso de ordenamiento territorial debe ser participativo y por ende, colectivo”, asegura la bióloga de la UNC y agrega que “el Plan General del Instituto de Planificación del Área Metropolitana de Córdoba (IPLAM), va a segmentar ambientes tras el objetivo de cerrar anillos de circunvalación, como propuesta vial: hablamos de una traza que afecta la Reserva Natural más grande que tiene la ciudad de Córdoba (ver “EL PARADIGMA DEL TERCER CUERPO”)  y nos preguntamos por qué justo tiene que pasar por ese lugar y no por otro, ¿A quiénes consultaron para hacer eso? Esto sucede con los sistemas de ordenamiento territorial que se gestan en las oficinas y donde no hay lugar para que los ciudadanos participen activamente, pudiendo decidir dónde va cada cosa.”

 

 

 

 

4 COMENTARIOS

  1. Muy bueno cómo van dando una visión integral de las problemáticas, sus orígenes y responsabilidades. Felicitaciones!!

  2. Lamento haber perdido mi tiempo leyendo este articulo ya que realmente interpreto que solo sirve para proyectar apenas como críticos a un par de profesionales egresados de una de las mas excelsas casa de estudios de toda América y que solo terminen planteando un relato de lo que a simple vista cualquier ciudadano aprecia y conoce sin mayor esfuerzo. Si me dicen que tanto énfasis del estado para la preparación académica de esta gente concluye en un simple relato sin proponer detalladamente las acciones necesarias para revertir este mal presente y cambiar hacia una dirección que otorgue un aventaja sustancial, siento que como contribuyente han dilapidado mis impuestos. Ni hablar del detalle final donde se cierra la nota con dos espacios comerciales que proponen instalarse en medio de la naturaleza autóctona, que tanto se promueve mantener intacta, mediante lujos exóticos como piscinas y demás. Me suena por lo menos incongruente

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