La protección de Humedales y su ave emblemática

Los flamencos son aves acuáticas muy vistosas, con adaptaciones a los ambientes de agua salada. De las 6 especies que existen en todo el mundo, la mitad de ellas habitan en Argentina, Bolivia, Perú y Chile.

Por ello, representantes de estos países decidieron conformar el Grupo de Conservación Flamencos Altoandinos (GCFA) que realiza travesías hacia las zonas volcánicas de los Andes, para ir al encuentro de estas emblemáticas aves. Cada volcán tiene una laguna asociada, y allí, los científicos de este proyecto asisten a un maravilloso espectáculo natural: el avistaje de las colonias de flamencos que anidan y tiñen de rosa estos áridos paisajes.

Todos los años, para reunirse en aquellos indómitas extensiones, los flamencos viajan miles de kilómetros y aun es un misterio como su sentido de ubicación evita que se pierdan en su perpetuo camino. Algunos dicen que se guían por las estrellas, otros por el campo magnético de la tierra, pero -a ciencia cierta- todavía no hay respuesta que resuelva este enigma.

En nuestro país, las provincias de Catamarca, La Rioja, Mendoza, Santa Fe, Córdoba y Santiago del Estero son anfitrionas, todos los años, de estas magníficas aves migratorias. Hace unos años, se sumaron al proyecto de conservación, Salta y Jujuy, también.

Sabrina Villalba, es bióloga, integrante del GCFA y realiza investigaciones en la puna catamarqueña. Junto a Lucila Castro, desde hace 2 años, realizan un muestreo de estas aves, en la Mar de Ansenuza, descomunal laguna de agua salada ubicada en el noroeste de la provincia mediterránea. Sala de Prensa Ambiental, las reunió para hablar sobre esta particular especie que se ve amenazada por la minería, el desmanejo del agua, los agrotóxicos y las viejas costumbres depredatorias del hombre.

“Los flamencos son una especie muy particular -dice Villalba- y resguardarlos tiene el sentido de proteger la importancia de la biodiversidad: al preservar una especie emblemática como ésta, resguardamos a muchas otras y al hábitat en el que viven”, sostiene la bióloga y agrega que «son indicadores de la salud del ambiente en el que habitan ya que son muy sensibles a las perturbaciones que se producen en su ambiente y esa vulnerabilidad a la acción del hombre los hace interesantes para estudiarlos y protegerlos, ya que forman parte de un ecosistema donde hay una gran variedad de aves”, aclara Villalba.

Lucila Castro explica que para este grupo de científicos y observadores, tan importante como proteger a los flamencos es conservar el Humedal, ecosistema donde habitan. Allí, estas magníficas aves, nidifican en bordes de lagunas donde el nivel del agua es más bajo, edificando sus volcanes, un montículo cónico de barro concluido por una pequeña depresión en la que estas aves ponen, generalmente, un solo huevo por año: “No todos los años nidifican; esto depende de las condiciones ecosistémicas de la laguna porque si esta pierde su caudal los flamencos no construyen sus nidos. Por eso son muy vulnerables a los cambios”, explica la especialista.

Castro, indica que entre las particularidades de esta especie, “su biología y sus comportamientos son muy particulares y, por ejemplo, cuando forma pareja -en su ceremonia de cortejo- despliega una danza prodigiosa. El cuidado parental es singular, también, ya que forman guarderías en las que los adultos cuidan a los pichones; la elegancia de su vuelo y sus increíbles viajes migratorios los destacan como una especie única”, afirma la experta.

ODISEA POR EL FIRMAMENTO

“Hace algunos años, cuenta la bióloga Villalba, les colocaron detectores satelitales a unos 20 ejemplares y pudimos comprobar que uno de los flamencos, partió desde el desierto de Atacama, en Chile, cruzó la Cordillera de los Andes, descansó en Catamarca y siguió tierras abajo hasta llegar a la Mar de Ansenuza, en Córdoba.” Es que los flamencos emprenden colosales travesías porque las lagunas altoandinas se congelan en invierno y estas aves necesitan sitios cálidos donde pasar la temporada invernal, entonces bajan a embalses de llanuras como el de Ansenuza, para alimentarse. Estos animales buscan humedales de agua salada porque es allí donde encuentran su alimento: crustáceos y algas. En el pico tienen unas laminillas que hacen que al tomar el líquido filtren su alimento, un sistema similar al que poseen las ballenas.

Lucila Castro explica que “los humedales, donde habitan los flamencos son ambientes muy complejos que requieren de agua; en el caso de la Mar de Ansenuza, es una cuenca endorreica a la que llegan tres ríos tributarios, formando un complejo heterogéneo, al tener agua dulce y desembocar en una laguna de agua salada.”

 En cambio, “los humedales altoandinos -manifiesta la bióloga Villalba- son lugares únicos que solamente se dan por el aporte de vegas, que consisten en afloramientos de agua dulce del suelo y que desembocan en una laguna que es salada. Estos ecosistemas son tan heterogéneos como frágiles” afirma la especialista.

1 FLAMENCO, 2 FLAMENCOS… 19000 FLAMENCOS

Sabrina Villalba cuenta que “en una de las lagunas donde trabajamos, contamos en el lapso de los meses de enero y febrero, 19000 ejemplares de una sola especie y en un mismo sitio”. El hábitat de los flamencos tiene muchas amenazas, a veces la sola presencia del hombre los afecta; son muy tímidos por lo que abandonan las colonias ante el presunto peligro. Castro, explica que “el año pasado encontramos colonias de 1200 nidos abandonados en la puna y en mar de Ansenuza también hubo registros de abandono y cuando se van, no vuelven”, dice la especialista.

Al respecto, la bióloga Villalba agrega que “en la Puna, los niveles de agua van bajando y cuando la laguna desciende todos los predadores se internan en ella, incluyendo los humanos que extraen los huevos de los nidos para la venta”, una cuestión cultural que amenaza a la población de flamencos. “Tratamos de cambiar esa cultura-dice Villalba- aunque es muy difícil, trabajamos en planes de educación para revertir la situación.” Además de los predadores naturales del flamenco, el hombre, pareciera empeñarse en hacer desaparecer el equilibrio de la naturaleza que lo sustenta: En enero del año pasado, motos y cuadriciclos invadieron el lugar espantando a las aves y el resultado de esta acción fue que la nidificación se perdió. A ello se suma que, una minera de capitales brasileros extrae potasio y litio en Catamarca, y despoja al suelo de sales de diatomea para producir fertilizantes. La diatomea, justamente, es el alimento del flamenco. Pero además, como si las autoridades se empeñaran en garantizar el daño, el Rally Dakar 2010, trazó su recorrido por el corazón mismo de importantes sitios de nidificación de los flamencos.

 

 

3 COMENTARIOS

  1. ¡ Felicitaciones por esta publicación en el DÍA MUNDIAL DE LOS HUMEDALES – Convención RAMSAR!

    En Villa Carlos Paz, posteos agraviantes de Funcionarios Públicos, pero pocas acciones en proteger EL PANTANILLO.

    Dan apoyo rápidamente desde la CONVENCIÓN RAMSAR, pero los Concejales y Funcionarios, cajonean Proyectos para proteger al humedal que presta grandes servicios ambientales.

    http://eayt.org/noticias/dia%20mundial%20de%20los%20humedales%202019%20222.html

  2. Debo indicar que el año pasado observamos unos 20 flamencos rosados en la costa oeste del Embalse de Rio Tercero a la altura de Villa Quillinzo….sdos

  3. En Castelli prov. de Bs. As. hay una laguna rodeada de campos donde abundaban, ahora no será por que sembraban soja, ahora solo ganaderia en pasturas naturales, como hacer que regresen?

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