BOSQUE DEL CALDÉN: PROTEGIDO SÓLO EN LOS PAPELES

A pesar de las declaraciones y acuerdos, la falta de controles provoca que este pulmón autóctono sea víctima de desmontes.

Hoy, sólo subsisten escasos mojones en buen estado de conservación -bosque puro- en las localidades de Villa Huidobro y Villa Sarmiento. Hablamos del ecosistema del Caldén, un árbol endémico de la Argentina y, por lo tanto, único en el mundo.

Pese a figurar como área protegida desde el año 2003, el Bosque del Caldén, ubicado en el sur cordobés, ha sido diezmado por los desmontes y, según sostiene uno de los autores del proyecto del Corredor Biogeográfico del Caldenal, «el gobierno provincial suele incluir estas superficies cuando habla del área bajo protección en Córdoba, pero en realidad no existen como tal».

 Al sur del río Quinto y al oeste del Departamento General Roca existe un área protegida donde resiste una pequeña porción del ecosistema en buen estado de conservación: Puerta del Mamull Mapu (País de los Bosques), aquel que Mansilla atravesó y que era tierra de asentamiento de los Ranqueles.

Hoy, la subsistencia de la biodiversidad de la zona depende de que se tomen medidas urgentes por parte de los Estados provincial y nacional.

A pesar de la declaración de área protegida, el retroceso del bosque nativo no se detuvo.

El 7 de julio de 2005, a dos años de la designación como Área Protegida del Corredor del Caldén –por el entonces gobernador José Manuel de la Sota- inspectores de la Agencia Córdoba Ambiente examinaron el campo “El Cuero”, ubicado al oeste de Villa Huidobro y labraron un acta por desmonte de aproximadamente 800 hectáreas de renoval de caldén. El 7 de octubre de 2005, los inspectores de la Agencia constataron más desmonte, labraron una nueva acta y secuestraron una máquina topadora que realizaba movimientos de productos forestales. En esta oportunidad, se estimó la cifra de 80 hectáreas desmontadas. Al igual que en el procedimiento anterior, el maquinista quedó detenido por resistencia a la autoridad.

A raíz de la problemática ambiental ya instalada en la región, en 2007 surgió con sede en Villa Huidobro una ONG denominada “Mamull Mapu”, cuyos integrantes comenzaron a desarrollar actividades de preservación y capacitación acerca de los caldenes que, en algunos casos, superan los 300 años de vida. Además, en reiteradas oportunidades, ante la inacción del Estado en el control, promovieron numerosas denuncias por desmontes que violaban la Ley Provincial de Bosques.

Mario Campos, actual coordinador de esta organización, sostiene que “el gobierno de Córdoba desde el 2004 ha tenido políticas acertadas en materia ambiental, pero ha fallado en el control. Como ejemplo, la creación del área protegida del Corredor del Caldén que como proyecto es muy bueno, pero hace agua por todos lados en cuanto al control o fiscalización que se ha realizado”. Campos también resalta que lo mismo ocurre con la aplicación de la Ley de Agroquímicos.

Pruebas sólidas de lo que asegura Campos, son una decena de denuncias promovidas a la Justicia por desmontes en el transcurso de una década, a lo cual hay que sumar otras tantas intervenciones del Estado provincial por desmonte. Una de las más recordadas por su trascendencia pública fue en el año 2009, cuando la ONG denunció el desmonte de especies autóctonas en el Campo San Andrés, lo que más tarde sería constatado por autoridades provinciales y desembocaría en un allanamiento en este predio rural, ubicado a 25 kilómetros al norte de Villa Huidobro. Otra más reciente, fue el incendio en el Campo “La Baya”, donde se quemaron cientos de hectáreas de bosque nativo y, en este caso de características inéditas en la provincia, intervino la Justicia con la detención del propietario del campo y su capataz, quienes años después fueron absueltos en la causa.

Un detalle no menor es que la Justicia, pese a los exhortos a diferentes áreas del Estado provincial, no tuvo acceso inmediato al informe perital que podría haber dado pistas claras sobre lo ocurrido en ese siniestro.

Luego de tres años de estar imputados por una de las mayores agresiones al bosque nativo detectadas en el área protegida del Corredor Biológico del Caldén, el Dr Briero -Juez de Cámara de Río Cuarto- decidió dar punto final a la causa y dictar el sobreseimiento al Ing. Juan Pivotto y al capataz Claudio Rosales, por el delito de incendio. El principal argumento apuntado por la defensa es que el devastador fuego se habría originado en un campo vecino. No hubo culpables.

“NO FUNCIONA PARA LO QUE FUE CREADO”

Marcelo Cabido, investigador del Conicet, biólogo y docente de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), se muestra decepcionado porque, lo que comenzó como un firme proyecto de conservación de un sistema endémico único en el mundo, hoy es un mero papel sin consistencia que lleva implícito una clara política del desmonte.

Cabido, trabajó junto a Conrado Rosacher a principios del año 2000 para la creación de esta área natural protegida: “Consideramos que era conveniente instalar algún tipo de área o estructura de protección ahí y nos pareció buena la idea de un Corredor Biogeográfico, inspirados en el Corredor verde de Misiones. Entonces, a través de la Agencia Córdoba Ambiente, propusimos un modelo de Corredor y el gobierno provincial sancionó su creación junto a otro Corredor en el oeste de Córdoba”, señala el investigador quien sobre el desarrollo del proyecto agrega: “Lamentablemente, después de creados los Corredores, los procesos de desmontes han seguido y el gobierno provincial no ejecutó el decreto que había originado la creación de este tipo de sistemas de protección. Tanto en los bosques de Caldén como al oeste de la provincia, ha seguido la deforestación y una pérdida notable de bosques que, en la actualidad, se reducen a pequeños relictos que sobreviven en La Pampa y San Luis, pero en general El Caldenal es un ecosistema seriamente amenazado”, concluyó el especialista.

ACUERDO QUE SUBSISTE

El Corredor Biogeográfico del Caldén, se halla emplazado en tierras de propiedad privada. A fin de acordar mecanismos de protección, el gobierno de Córdoba creó un modelo de convenio entre propietario y Estado.

Hoy el Corredor del Caldén se limita a un  acuerdo que depende de la voluntad del productor para continuar protegiendo el último reducto de la biodiversidad del sur de Córdoba.

El único acuerdo existente se concretó con la Estancia Ralicó de 15.000 hectáreas, 11.500 de ellas son de caldén, 6.000 hectáreas con régimen de intangibilidad y 5.500 de uso regulado.

Un estudio realizado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (SAyDS) informó que los bosques de caldén ocupaban 3.000.0000 de hectáreas en el sur de la provincia de Córdoba, pero en el año 2000 sólo quedaban 40.000 hectáreas.

hoy, esta cifra es mucho menor.

Ambientalistas aseguran que cuando uno compara las imágenes satelitales del Caldenal de 20 o 30 años atrás, evidentemente se observa una retracción notable de estos bosques y -como están en territorio llano- son suelos que se prestan para la agricultura y entonces corren una suerte incierta. “La imagen satelital delata con claridad que lo que queda del bosque de Caldén son parcelas aisladas rodeadas de un océano de tierras cultivadas; el caso del Caldenal es paradigmático y es un sistema que debe ser protegido, si no en pocos años desaparecerá completamente del territorio cordobés. El Caldenal es un ecosistema totalmente amenazado”, dicen y aseguran que si se pierde el bosque nativo también se perderá la fauna que habita en ellos y los recursos que este bosque brinda al desarrollo humano.

“No sólo es una pérdida desde el punto de vista ambiental, sino también desde el productivo: estos bosques ayudan a la fertilidad del suelo, controlan las erosiones eólicas y los niveles de agua, pero además generan ámbitos propicios para la ganadería cuando hay épocas de sequía, por lo cual prescindir de ellos traería consecuencias nefastas en todo sentido”, concluye Marcelo Cabido.