En los últimos dos años de su existencia la exSecretaría de Ambiente cordobesa autorizó un extravagante evento dentro de las Salinas Grandes, un área natural situada en el noroeste cordobés y que conforma una gran superficie protegida desde hace más de dos décadas.
Dentro de la Reserva y sus alrededores, la convocatoria se escudaba en el astroturismo y la divulgación científica mezclada con foodtrucks, espectáculos de rayos láser, carpas estructurales, equipos electrógenos, varios centenares de vehículos, combis y minibuses.
Los dos eventos que se realizaron congregaron a unas 1600 personas que se apiñaron ingresando al área natural protegida por la tarde y abandonando el lugar a la mañana del día siguiente.
Resultó ser que vieron las estrellas sin mirar la fragilidad del suelo que estaban pisando.
Algo pasó desde que la cartera de ambiente provincial autorizó estos eventos masivos en un área natural protegida de la provincia durante los años 2023 y 2024.
El extravagante hecho, multitudinario para un área natural protegida, convocaba bajo el nombre de “Multiverso 360, Viaje a las estrellas”; un evento freaky que asocia música electrónica con yoga, meditación, espectáculos con rayos láser, divulgación científica, comidas, bebidas y astronomía.
A fines de 2024, los organizadores volvieron a la carga, anunciando un nuevo evento programado para mediados del mes pasado. Nuevamente, el anuncio convocaba a las Salinas de Córdoba pero un par de meses después lo trasladaron al territorio catamarqueño. Se corrieron unos kilómetros, pero siempre dentro del ecosistema salino más grande de Sudamérica.
“Se trata de espectáculos que ni se acercan a la categoría de ecoturismo. Los podemos catalogar como un turismo extravagante en todo caso, ya que son eventos supermasivos donde convocan a cientos de personas: en una de los primeras convocatorias hicieron ingresar a la reserva cordobesa a unos 800 asistentes, todos juntos”, remarca Guillermo Sferco, biólogo, docente e investigador en la Universidad Nacional de Córdoba.
“Es un ecosistema súper frágil y delicado, cualquier intervención como la que hicieron repercute durante muchísimo tiempo. El lapso de recuperación de un ambiente tan extremo es bastante más prolongado que el de un bosque cerrado de llanura que tiene posibilidades de recuperarse de forma más rápida”, explica el Dr. Fernando Barri, Doctor en Ciencias Biológicas y Magister en Manejo de Vida Silvestre.
“Por eso, en un ambiente como el de las Salinas Grandes la recuperación es extremadamente lenta”, señala Sferco y agrega que “los procesos biológicos son mucho más largos. Cualquier intervención producida repercute durante décadas hasta que se pueda recuperar. Por ejemplo, uno se puede topar con huellas de un Suri o un Ñandú y no saber realmente si es de este año o de hace 5 o 10 años atrás. O sea, las marcas quedan durante muchísimo tiempo en ese ecosistema”.
En ese sentido, Barri indica que “de la mano de este tipo de shows hay cientos de personas dando vueltas también con sus camionetas 4×4 que dejan huellas y cuando se entierran hacen un lío terrible rompiendo el suelo: lamentablemente será muy atractivo para algunas personas participar de un evento de estas características pero ambientalmente es una cosa aterradora. No tiene ningún sentido que se lleven adelante estas convocatorias, se pueden hacer tranquilamente en cualquier otro lugar sin interferir en un ambiente tan delicado como el de las Salinas Grandes”.
LOS SALARES SON HUMEDALES
El territorio de las Salinas Grandes constituye una gran superficie que abarca Córdoba, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero. Los especialistas apuntan a que estas cuatro provincias que comparten este ecosistema tan particular deberían empezar a concebirlo como un territorio integrado.
Para el Dr. Fernando Barri -coordinador del equipo que elaboró el Plan de Manejo de las Salinas Grandes- “El problema es que en territorio catamarqueño no hay nada. Córdoba debería hacer las gestiones necesarias con la provincia vecina para desarrollar una reserva interprovincial, porque si nosotros cuidamos nuestra porción pero del otro lado no, estamos en problemas. En este caso puntual, vieron que en Córdoba ya no podían hacerlo, pero se corrieron un poco hacia Catamarca y lo hacen igual”, indica el científico.
A su turno, Guillermo Sferco -también integrante del equipo que elaboró el Plan de Manejo de la Reserva Provincial de Uso Múltiple Salinas Grandes- consultado por Sala de Prensa Ambiental acerca de las consecuencias que implican hacer este tipo de eventos multitudinarios, no duda en responder que “lo ideal sería que haya anexos interjurisdiccionales para que no sea sólo la porción de Córdoba la que esté protegida, sino que las provincias vecinas que comparten estas Salinas también empiecen a trabajar en la conservación de este espacio”.
Ambos especialistas coinciden: si hiciéramos el ejercicio de mirar el mapa de las Salinas Grandes dejando de lado los límites políticos establecidos, nos daríamos cuenta que donde interpretamos que termina una provincia y empieza otra, en realidad los ambientes no están regidos por esos términos. “Las Salinas no terminan en la demarcación artificial entre Córdoba y Catamarca, ni entre nuestra provincia y Santiago del Estero o La Rioja: se extienden más allá de los límites provinciales y este ambiente tiene una dinámica única de movimientos de especies, de regímenes de precipitaciones y de temperaturas, entre otros factores que van más allá de los mapas políticos”, da cuenta Sferco y agrega: “se trata de un ecosistema compartido entre cuatro provincias pero ambientalmente funciona como una unidad: “Es como un ser vivo único, cuyo cuerpo está conformado por cuatro miembros”, indica el experto.
Por eso, el Dr. Fernando Barri remarca que “es necesario que Córdoba haga las gestiones con las provincias de Catamarca, Santiago del Estero y La Rioja para crear una reserva interprovincial y que todas las áreas de Ambiente provinciales intervengan”.
MÁS CONSERVACIÓN
El evento “Multiverso 360, Viaje a las estrellas”-en las Salinas Grandes- trata de un negocio privado en un área natural cuya principal característica es su fragilidad, y por eso el rechazo de los especialistas que trabajan por su conservación. No se trata de una objeción tozuda a que empresarios desarrollen sus actividades lucrativas sino, concretamente, a que se empeñen en hacerlas en ecosistemas protegidos con la complicidad de gobiernos que los favorecen otorgándoles autorizaciones para hacerlo.
Al respecto, Barri expresa que “este tipo de eventos, realizados dentro de un área natural como las Salinas Grandes, generan un impacto muy alto cuando se lo evalúa: estamos hablando de un suelo muy frágil que rápidamente se hunde tras lo cual todo su entorno se ve de alguna manera afectado; tanto en la acumulación de agua de lluvia que conforma luego las lagunas salobres, como en el proceso de evaporación para la formación de sal, es decir: se altera eso, se perturba todo. Por otro lado, descompone el microhábitat de numerosas especies -tanto de la flora como de la fauna nativa- que viven en el lugar, muchas de las cuales son endémicas, es decir especies que solo las vamos a encontrar ahí. Por todo esto, en el plan de manejo que presentamos para las Salinas Grandes establecimos que estos eventos masivos deben estar prohibidos debido a la cantidad de personas que ingresan al área todas juntas, y por los múltiples impactos que generan”.
El especialista aclara rápidamente que esto no implica una prohibición de importantes actividades turísticas como el astroturismo, en la medida que se realicen en los sitios establecidos como públicos, donde pueda haber control de la gente que ingresa y que estos ingresos estén compuestos por grupos pequeños: “El problema lo generan estas convocatorias de acampe masivo de cientos de personas en las Salinas: camiones, food-trucks, camionetas, vehículos que organizan este caos: Si esto sucede el impacto es inevitable”.
Guillermo Sferco remarca que “las Salinas Grandes son depresiones del terreno donde hay una importante acumulación de sal en la tierra, lo que genera este tipo de ambiente; un tanto extraño y bastante agresivo para otras especies. Estas formaciones ocurrieron hace miles y millones de años y, obviamente, hay una parte de la fauna y de la flora que se adaptó a estas condiciones extremas del lugar. En las Salinas hay adaptaciones que permitieron que sobrevivan especies con esas condiciones”.
En la región, las precipitaciones se concentran en apenas dos o tres meses durante el año: son muy pocos milímetros los que caen en el lugar pero los animales y plantas que la habitan se adaptaron perfectamente a esas condiciones extremas: “Sus ciclos reproductivos se acortaron durante el año en los periodos en que no hay lluvias y algunos anfibios viven enterrados, por ejemplo. Tienen una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir en esos ambientes”.
“Adaptaciones como esas -retoma Sferco- pueden parecer extrañas pero llegan a generar nuevas formas de vida: una especie que era típica del bosque chaqueño y que ahora vive adaptada con exclusividad en las Salinas Grandes implica una gran biodiversidad”.
El científico agrega que “Estos desiertos, como algunos consideran a las Salinas Grandes, son propicios para contener especies extremadamente raras y vulnerables dada su singularidad; porque son poco abundantes, sus ciclos reproductivos son bajos y tienen ciertas condiciones que las hacen mucho más vulnerables que otras de amplia distribución. Entonces, estos ámbitos son proclives a la generación de lo que se conoce como endemismos o microendemismos, porque viven exclusivamente en ese lugar”.
Detenerse a analizar estos procesos que llevaron miles de años de adaptaciones naturales hace que, lo que podría parecer un cúmulo de meras curiosidades de la naturaleza, inmediatamente lleven a pensar en el pisoteo simultáneo del suelo por parte de miles de personas durante estos eventos, más allá de las estrategias de venta ecofriendly que intentan camuflar el impacto del negocio. Mención aparte debería llevarse la aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental que presentan y son aprobados en los organismos oficiales.
¿DESIERTO DE SAL? NI AHÍ: UN HUMEDAL LLENO DE VIDA
Es común que describan a las Salinas Grandes -incluso en las páginas gubernamentales- como un gran desierto de sal, o que el empresariado lo vea como un lugar improductivo. Sin embargo, brindan servicios ambientales impensados: “Una persona que no conoce el sistema ecológico de este ambiente puede pensar que es algo inservible, que no tiene ningún valor, ni tiene sentido protegerlo ya que no hay absolutamente nada de vida ahí. Pero basta recorrer un rato los arbustales de jume que están en la zona más salitrosa para ver que está lleno de vida, realmente está lleno de vida”, explica Guillermo Sferco.
El especialista agrega: “Como para ilustrar la complejidad, valía y fragilidad de este ecosistema, en las épocas de lluvia cuando se forman los humedales temporales hay crustáceos pequeños, organismos invertebrados, como la Artemia Salina que deposita sus huevos en el barro y allí permanecen durante todo el periodo seco hasta que vuelven las lluvias y eclosionan: la artemia es uno de los principales alimentos de las tres especies de flamencos que tenemos en Argentina y que pasan por allí en su ruta migratoria. Es decir, es la base alimenticia de estos flamencos y de muchas otras aves que en esos periodos de precipitaciones aprovechan este recurso alimenticio”, indica Sferco, quien además se desempeña como coordinador científico de la Fundación Mil Aves.
El ambiente funciona como regulador alimentario de una gran cantidad de animales que intervienen en la cadena alimenticia natural, los que a su vez regulan poblaciones de especies que potencialmente pueden transmitir enfermedades, como mosquitos o vinchucas.
Los expertos subrayan que las Salinas Grandes también cumplen una función muy importante en la regulación climática de la región al captar el agua de las copiosas lluvias para que no generen inundaciones, amortiguando sus efectos porque las tormentas son bastante violentas en estos ambientes. Es decir, permiten morigerar el sistema climático local.
Pasada la época de precipitaciones, contribuyen también a mantener la humedad de la región en épocas de sequía. Es decir que tiene un ecosistema funcionalmente importante para la vida de la región: “Las Salinas Grandes son un humedal donde el agua es un factor limitante y, por lo tanto, es mayor la atención que hay que poner a todas las actividades que puedan alterarlo, incluyendo a la minería”, indica Guillermo Sferco.
La fragilidad de las Salinas Grandes requiere una especial atención porque es una región de particular importancia ecosistémica regida por la dinámica de la humedad natural. Las políticas de los organismos públicos ambientales deben concentrarse por eso en la conservación, protección y resguardo de los ecosistemas.
Para facilitar oportunidades de negocios existen otros organismos en donde también debe empezar a impregnar la idea de la fragilidad de lo ambiental. Ese tapiz conformado por la biodiversidad, a veces invisible, que sostiene la trama de la vida, los ciclos del agua y el clima de un lugar. Para un Estado no debe haber mejor negocio que conservar.